Desesperación e incertidumbre de los puntanos que no pueden entrar a San Luis

Por Julián Pampillón

Decenas de ciudadanos acampan en sus vehículos desde ayer a la espera de que el Gobierno provincial los autorice volver a sus hogares.

Puntanos repartidos por todo el país viven por estas horas momentos de incertidumbre ya que, pese a los intentos, no pueden regresar a hogares. En muchos casos se trata de gente con problemas de salud y problemas personales.

Lo cierto es que a partir de que el Gobierno nacional habilitó desde este sábado un permiso excepcional para regresar a sus domicilios declarados a aquellos que estaban lejos de sus hogares, cientos de sanluiseños decidieron volver a su tierra con el permiso en mano.

Recién en el reporte diario de anoche, Alberto Rodríguez Saá salió a responderles a los ciudadanos. Dijo que “la provincia está cerrada" y que el permiso nacional "no es suficiente” y debían contar con el local.

El Comité de Crisis emitió un comunicado donde dio cuenta de los requisitos para regresar: deben tramitar una solicitud web y someterse a un análisis para determinar si aprueban el ingreso o no. Este domingo los varados observaron otro problema. La página de gestión gestión http://formcovid19.sanluis.gov.ar/ estuvo caída. Según se informó, una falla eléctrica afectó los servicios de la Autopista de la Infomación.

Un ejemplo de lo que viven las personas varadas es lo que pasa en uno de los tres puestos limítrofes habilitados con Córdoba: en Justo Daract. Allí un grupo de 30 personas aguardan a la vera de la Ruta N° 7 el permiso por parte del Estado provincial para ingresar.

Muchos de ellos lo hacen desde este domingo de tempranas horas y otros desde ayer. Uno de los casos es de Germán Luna que llegó a las 6 de la mañana proveniente de Junín, provincia de Buenos Aires.

Una vez en el acceso, la Policía le avisó que debía contar con la autorización de la Provincia, caso contrario no podía entrar. Según explicó, lo hizo tres veces y en todas fue rechazado.

Luna tiene a su madre de 62 años que requiere de cuidados especiales.

“Está complicado el panorama, hay mucha gente esperando, muchas familias. Incluso una señora mayor llamó a sus familiares para que le lleven insulina”, manifestó en declaraciones a El Chorrillero.

La situación se vive de los dos lados tanto para quienes desean ingresar a la provincia como para los que buscan salir.

Esther se encuentra en el mismo puesto, pero de la parte de San Luis. Ella viajó de Rosario, Santa Fe antes del inicio del aislamiento para visitar a su hija en la capital puntana que había sido víctima de un robo.

Cuando decidió volver a su ciudad no pudo: “Tengo el pase nacional e hice el trámite local, pero hace tres días estoy esperando una respuesta”.

“Tengo depresión, fibroma y necesito volver porque tengo que retirar una medicación. Simplemente pido que me dejen ir, por favor”, sostuvo.

Otro apartado son las condiciones en las que se encuentran. Según relató un vecino, en un comienzo les permitían utilizar el baño del destacamento policial pero ahora “no tienen acceso”.

“Hay efectivos que te tratan bien, pero otros muy mal. Hay señoras mayores que necesitan entrar al baño y no pueden”, contó en un video que difundió mostrando el panorama.

El lugar es casi desolador ya que tampoco hay negocios cercanos para comprar comida o agua. “Les pedimos a familiares que nos trajeran algunas cosas como galletas y café y con eso estamos aguantando la espera”, agregó.

Otra persona que aguarda una respuesta positiva es Odaldo Pegoraro que se encuentra con unos familiares en Junín, provincia de Buenos Aires desde hace más de un mes.

“Ya tengo dos permisos nacionales pero me rechazaron cinco veces el provincial. Simplemente quiero volver nada más”, sostuvo en un contacto con este medio.

Estos casos se replican en todos los puntos limítrofes provinciales, como por ejemplo el de Arizona, en el borde con La Pampa.

Yael y su hijita de 9 años se toparon con el mismo escenario de trabas y trastornos en el puesto de Santa Rosa, al norte provincial. Su intento de cruzar para llegar a San Rafael, Mendoza fue interrumpido por no tener el permiso de San Luis.

“Hace 24 horas estamos esperando, me estoy muriendo del dolor de panza, no doy más. Esta caído el sistema para iniciar el trámite y vaya saber cuándo podre tenerlo, no hay internet, no hay nada”, indicó.

También los inconvenientes los sufrieron puntanos que regresaban de San Juan a la ciudad capitalina y que la Policía no les permitió el acceso. El grupo de varados repartidos por el país se organizó y formaron un grupo por whatsapp llamado “Volver a casa San Luis” con 57 integrantes con el objetivo de intercambiar información y experiencias.

Las quejas también se replican a lo largo de las redes sociales. En las plataformas de Facebook y Twitter los usuarios tanto puntanos como de otros lugares hacen sus descargos alegando los impedimentos para circular.

“Ayer salió de Chile un micro para que argentinos con diferentes problemas de salud puedan regresar a sus hogares. Están varados en San Luis hace horas, porque faltan autorizaciones. Sin agua nada. Hay personas con epilepsia, asma. El viaje debería ser de 24 horas y ya lleva más”, escribió Camila Coronel a través de un tuit.

“¡No dejan salir de San Luis! El Gobierno provincial pide permisos y encima no los autoriza, aparte la página no funciona. Tenemos también que atravesar Córdoba y Santa Fe ¿Quién nos asegura que si salimos, no quedamos varados en la ruta? San Luis se maneja independiente”, dijo Romina en otra publicación.

Yamila Funes, de 27 años y embarazada de siete meses, dio a conocer a este medio que está sola en El Calafate, Santa Cruz. Pidió ayuda a las autoridades provinciales para volver a La Punta, pero hasta ahora no la consiguió. En los últimos días debió ser internada.

Pablo Diaz de La Toma viajó a Capital Federal para someterse a una operación de riesgo y tampoco puede retornar a su hogar.

Fabián Lucero de Mar del Plata quiso aprovechar el permiso nacional y cruzar la provincia para buscar a su hijo, Julián, que estudia en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.

“Tengo todos los papeles necesarios, pasé por todas las jurisdicciones posibles como Tandil y otras provincias sin ningún problema, pero cuando llego acá no me dejan entrar, cuando simplemente quiero cruzarla, nada más”, le manifestó a El Chorrillero.

A la hora de buscar explicaciones, las autoridades policiales le dijeron que, en el caso de ingresar debía hacer la cuarentena obligatoria de 14 días y luego podría ir a buscar a su hijo.

“Llegue cerca de las 12 y pareciera que nos les importa el esfuerzo que hacemos para todo esto. Soy monotributista y para mí no es nada fácil hacer el viaje, más cuando el martes vence el permiso especial nacional”, resaltó.

“No hay acceso a los sanitarios y nada alrededor”, dijo. “No podemos comprar nada para comer o tomar, hay muy escasa señal telefónica e internet”, finalizó.